Gonna Shine ☮

Hace meses que no leía esa carta que me hiciste a principio de año, y volví a llorar y sonreír pero esta vez con algo incluído: dolor.
Sé que cada palabra en ella es cierta, sé que estás agradecido por todo lo que hice por vos (inconscientemente, porque yo ni imaginaba que te hacía bien). No me puedo perdonar ese error, me hago cargo de él y de todos los que cometí a lo largo de mi vida pero de este no me perdono...
Así como fui la primera persona en devolverte toda la alegría, como vos dijiste siempre y acá dice, quiero seguir alegrándote la vida con mi amistad y lo mucho que me faltaba por darte, opr demostrarte y agradecerte. Llegaste a mi vida en el momento más necesario para alegrar cada mañana y sacarme una sonrisa en cualquier momento de dolor, porque lo hacías. Llegaste cuando muchos se fueron y me sentía " a la deriva" por así decirlo, en cierto aspecto.
Eras y sos diferente, no sos de esos amigos que demuestran mucho personalmente y por eso yo pensaba que era una amistad más pero esta carta que ahora tengo apoyada en mis piernas explica todo lo que signifiqué en algún momento para vos (y espero seguir significando pero de otra forma) y noté que en realidad tu forma de ser era así, y me acostumbré y por más que cara a cara no hicieramos otra cosa que reir y molestarnos yo llegué a entenderte bien y entener todo lo que pensabas... porque sos mi amigo.
Extraño todos los mensajes tontos que nos mandábamos y las demostraciones de cariño. Extraño las conversaciones por msn, jugar con las manos ya sea a golpes o juegos tontos, las conversaciones, tus "que mujer" "ay ailu ailu" "mira vos", las veces que me decías "y bueno venite a casa" cuando era recontra tarde (cosa que nunca pude hacer pero prometí que iba a hacerlo algún día, que iba a decirte "ya me tomo un remis" e iba a aparecer en tu casa y nunca pude hacerlo).
Te extraño, no puedo mirar el cuadro de Bariloche que tengo acá colgado porque me hace acordar a todo el viaje que pasamos, la ida sentados juntos y yo mariconeando que tenía miedo, vos cuidándome del guís porque no confiabas en él; la habitación, las noches de boliche, las veces que me cuidaste en mis malos estados y literalmente me salvaste la vida cuando casi me suicido por la ventana (jaja). Extraño que te rias mucho cuando iba agarrada de tu brazo para no caerme en la nieve y yo me caía igual, las veces que me tiraste; cuando iba a tu habitación a hacer nada, porque no hacíamos nada o vos venías a "visitarme" a mi/tu habitación. Las charlas antes de dormir, la historia que me dejó helada sobre tus alergias y que prometí siempre hacer que te cuides con respecto a eso. La primera vez que me dijiste que me querías cara a cara que fue en Bariloche, que empecé a molestarte y después saltar porque sé que te da vergüenza y te poner rojo y yo decía "me lo dijiste, me lo dijiste".
Un hermano vas a seguir siendo para mi, por escucharme, por molestarme, por cargarme, por cuidarme, por pelearnos, por amigarnos, por siempre estar cuando te necesité.
Gracias, amigo... fuiste más de lo que pude pedir. Nunca te voy a olvidar.