No por miedo a errar vas a dejar de jugar.
Y un día después de la tormenta, cuándo menos piensas, sale el sol.
De tanto sumar pierdes la cuenta porque uno y uno no siempre son dos.
Cuándo menos piensas sale el sol.
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo aguante. Y lo mejor siempre espera adelante.
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