Uno rejunta emociones, se traga expresiones y a veces lo único que recibe es un mal trato. En tu interior hay algo de lo cual debes deshacerte, pero preferís nadar hasta la superficie y olvidarla, pensar en otra cosa que opaque esa molestia. Pero cuando uno nada, y nada, y en vez de recibir flotadores recibe bloques de hierro que te hunden, te sumergen, cuesta más llegar; te quedás sin oxígeno, sin fuerza, y sobre todo sin voluntad… Es ahí, donde decís ‘basta’ o ‘me rindo’; es ahí donde uno toca fondo y explota y sale a la luz esa molestia que se agrando con el peso que hicieron los bloques.
Ailu
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